Carmen y Lis, la historia a la inversa medio siglo después

La vida da muchas vueltas, y a cada generación le toca enfrentarse a diferentes realidades. Problemas que, vistos con perspectiva, nos muestran que todas las personas podemos pasar alguna vez por la situación de tener que salir de nuestro país, bien para buscar nuevas oportunidades en el exterior, bien porque tengamos que huir dejando todo atrás.

Carmen Blanco y Lisbeth Chourio son dos mujeres que conocen bien esas circunstancias, aunque las separen más de medio siglo de diferencia.

En la actualidad, cerca de 2,4 millones de personas españolas son emigrantes. Carmen Blanco es ahora una señora de 88 años y, como gallega que es, sabe mucho de emigración. Habla recordando la miseria que le obligó a emigrar a Venezuela en los años 50, dejando a su hija de 2 años en su Pontevedra natal con los abuelos. En la Caracas boyante de esos años, se instaló junto a su marido trabajando de lo que fuera para poder traerse a su hija con ellos. A ella le siguieron otros muchos familiares y amigos, y después de 11 años en el país caribeño, pudieron cumplir su sueño de volver a España con un poco de dinero ahorrado.

Cuando recuerda esa etapa de su vida, se ve reflejada en muchas de las personas refugiadas e inmigrantes que llegan a España buscando un futuro mejor. “Mucho ánimo, porque ellos no lo van a tener tan fácil como lo tuvimos nosotros (…) Yo creo que España no se presenta tan amable como se nos presentó a nosotros, pero tienen que intentarlo, porque allí la situación es insostenible por lo que me cuentan y veo en la televisión…”

50 años después, Lisbeth Chourio es la otra cara de la moneda, 50 años más tarde ha hecho el mismo viaje que Carmen pero a la inversa. Ella es una más de los aproximadamente 300.000 venezolanos y venezolanas que están en España (este dato no incluye las personas que tienen la doble nacionalidad), y que se suman a los 4 millones de personas que han salido de Venezuela desde 2013 huyendo de la crisis social y política que asola el país. Solo en España, hasta junio de 2018 había más de 12.000 solicitudes de protección internacional de venezolanos y venezolanas. Sin embargo, el país que acoge un mayor número de personas de esta nacionalidad es Colombia, con un 25%.

Quienes dejan todo atrás para empezar en otro lugar, suelen tener una gran capacidad de resiliencia, de ilusión, ganas de afrontar retos y de asumir responsabilidades, de buscar oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional. Gente que cualquier empresa querría en su plantilla. Personas como Carmen y como Lisbeth son #personasin.

Menú