Mohammed Moujahid, un estudiante modelo en busca de empleo

Mohammed Moujahid es marroquí, tiene 20 años y está estudiando un ciclo superior en Administración y Finanzas. Cuando era pequeño, vivía en Tánger junto a su familia, y venían a Europa de vacaciones. Sin embargo, su hermano mayor tiene una discapacidad, y en Marruecos no tenía calidad de vida ni posibilidad de que le tratara un especialista. Por eso la familia decidió emigrar a España, con la esperanza de poder darle un futuro mejor a sus hijos, aunque eso supusiera empezar de cero en otro país.

En el año 2008 se instalaron en Valmojado, un pequeño pueblo de Toledo. Durante todos estos años, la familia ha ido tirando adelante, primero con los pocos ahorros que tenían y luego peleando por encontrar un trabajo en los peores años de la crisis. Sin poder regularizar a toda la familia, el padre se ha ido buscando la vida para sacar adelante a sus hijos, a su mujer, y pagar las deudas contraídas.

Aunque creció en un ambiente con numerosas dificultades y privaciones, Mohammed siempre ha sido bueno en los estudios. Tanto, que cursó bachillerato y ha querido seguir estudiando. “Mi familia ha sido de buenos estudiantes, yo he crecido desde pequeño con la competencia entre los primos a ver quién sacaba mejores notas”, cuenta con orgullo.

“A mí no se me da peor nada, si me pongo lo consigo todo”, reitera. Mohammed tiene claro que quiere estudiar para poder ser alguien en la vida, y que no puede ser una carga para su familia donde la situación es bastante complicada. Las buenas notas corroboran su interés. El curso pasado aprobó todo, aunque le costó más mecanografía al no tener un ordenador donde practicar. Tiene un hermano de 15 años, que ahora está en el instituto y sigue sus pasos.

Fue un tío suyo el que le habló de Accem y así ha podido acceder a una ayuda para el transporte, para poder desplazarse a clase a Móstoles a diario, y pagar la matrícula del curso. Este año finaliza los estudios del ciclo superior, pero se muestra desalentado con la idea de encontrar trabajo. “Yo estoy muy orgulloso de ser marroquí, pero sí es cierto que paisanos míos hacen cosas que no son correctas y luego las pagamos todos”, dice haciendo referencia a los prejuicios que se encuentra en el ámbito laboral.

A pesar de ello, insiste mucho en esta idea, “soy un hombre de palabra, no voy a mentir ni robar a nadie, sino a cumplir con mi trabajo”. Persona de creencias e ideas claras, no pierde la esperanza de poder demostrar su valía profesional.

“Mi sueño desde pequeño es ser Policía o Guardia Civil, pero tengo primero que conseguir la nacionalidad”, dice esperanzado.

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